La microbiota intestinal está compuesta por el conjunto de microorganismos que residen en diferentes partes del cuerpo y conviven de forma simbiótica con el hospedador (nosotros). Es bien sabida las funciones que tiene con el intestino en relación con digestión, absorción de nutrimentos, sistema inmunitario, homeostasis intestinal, etc. Sin embargo, también tiene una importante relevancia en la salud mental porque participa en la modulación de comportamientos, emociones y estado de humor.
- COMUNICACIÓN BIDIRECCIONAL: MICROBIOTA- INTESTINO-CEREBRO
Este eje usa distintas vías como la humoral (por medio de la circulación intestinal y sistémica) y neural (por medio del nervio vago). Así es como los metabolitos, neurotransmisores y hormonas que producen las bacterias y microorganismos intestinales se comunican con el sistema nervioso central. Y a su vez, los mediadores que se generan en el sistema nervioso central llegan al intestino y a la microbiota, factor que afecta su diversidad y función.
Por lo que esto explica, que cuando hay una respuesta al estrés o estados emocionales negativos, se tienen repercusiones a nivel intestinal.
Los microorganismos intestinales son capaces de sintetizar sustancias neuroactivas tales como la serotonina (5-HT) y ácido gamma-aminobutírico (GABA) que actúan sobre este eje, por lo que están relacionados en la regulación de ambos neurotransmisores. La irregularidad (o disbiosis) en la microbiota, y por ende de estos neurotransmisores, puede estar implicada en fisiopatología de las enfermedades como depresión y ansiedad.
- DEPRESIÓN Y ANSIEDAD:
El diagnóstico de ambos estados emocionales se tiene que llevar a cabo por un profesional de la salud mental y son de vital importancia. Buena parte de las intervenciones médicas están basadas en psicofármacos. Hoy en día se estudia la posibilidad de usar a la microbiota intestinal como vía de intervención.
¿Cómo participa la microbiota? Cuando hay un aumento de permeabilidad intestinal (o sea el paso hacia torrente sanguíneo) facilita la entrada de bacterias patógenas y/o toxinas y generar una respuesta inflamatoria sistémica y por ende el aumento de marcadores inflamatorios y estrés oxidativo. Estas señales inflamatorias llegan al cerebro, por lo que se activa la vía eje-hipotálamo-hipófisis-adrenal para lograr el equilibrio. Esto activa varios circuitos (no se los pongo porque está muy técnico) que general una respuesta de liberación de glucocorticoides que reducen inflamación intestinal, como método de adaptación a un estrés AGUDO. En casos de estrés CRÓNICO, se inhibe la respuesta de glucocorticoides, permitiendo la constante inflamación intestinal.
Ejemplo: ¿qué pasa en el trastorno depresivo mayor? Presentan mayor permeabilidad intestinal, activación de marcadores inflamatorios y aumento de anticuerpos (por la presencia de bacterias indeseables como las gram negativas). En el estudio de su microbiota, se encuentran menos niveles de Bifidobacterium, Lactobacillus y Faecalibacterium e incremento de las especies Clostridium, Streptococcus, Klebsiella y Oscillibacter.
- PSICOBIÓTICOS
Este nuevo término se refiere a los probióticos que inciden de forma positiva en la salud mental del hospedador cuando se consumen en una cantidad particular. Se han encontrado beneficios en cepas de Bacteroides, Bifidobacterium, Lactobacillus, Mycobacterium vaccae y Streptococcus thermophilus, entre otros. (Esto viene más específico en las referencias).
Su mecanismo de acción aún no está del todo claro, pero se ha descrito 3 posibles vías de acción:
- Actuando sobre el eje hipotálamo- pituitaria-adrenal en respuesta al estrés disminuyendo la inflamación sistémica.
- Trabajando directamente en el sistema inmunitario.
- Por medio de la secreción de moléculas como neurotransmisores, proteínas y ácidos grasos de cadera corta.
Hay fuertes evidencias en ensayos clínicos sobre su uso y resultados positivos en estrés, ansiedad, síntomas de síndrome de intestino irritable, comportamientos depresivos y mucho más. Les dejo el artículo por si lo quieren revisar en las referencias.
Aún falta mucho más por estudiar sobre la relación de los probióticos con la depresión y ansiedad. Siempre acudan con profesionales de la salud mental y complementen con ayuda de sus nutriólogos para que su alimentación y suplementación formen parte de su proceso.
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LNC Suleima Diaz
Nutrióloga Clínica, diplomado en Obesidad Infantil, Alimentación personalizada
contacto: IG: @nutri.sullyd / 5545056946
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REFERENCIAS:
- Scorza C, Piccini C y Zunino P. Microbiota intestinal, probióticos y salud mental. Rev Psiquiatr Urug 2019; 83(1):33-42.
- Mónica De la Fuente del Rey,et al. (2021). Documento Consenso sobre la microbiota y el uso de probióticos/prebióticos en patologías neurológicas y psiquiatricas. Madrid: Neuraxpharm.
- Del Toro M, Hurtado A, Garcia LE y García T. Psychobiotics: Mechanisms of Action, Evaluation Methods and Effectiveness in Applications with Food Products. Nutrients 2020; 12; 1-31.